Ataúlfo se traslada en 412 desde Italia Meridional hasta las Galias. En enero de 414 Ataúlfo, vestido a la romana, se casa con Gala Placidia en Carbona. Paulo Orosio narra que Ataúlfo piensa convertirse en restaurador del Imperio Romano. Roma como entidad abstracta sigue manteniendo en el siglo V su prestigio ante los distintos pueblos foráneos que se instalan en el Imperio.
Ataúlfo piensa heredar el papel que había desempeñado Estilicón hasta 408 con el emperador Honorio. Ataúlfo se percata de que Honorio no le va a apoyar. Entonces Ataúlfo empieza a apoyar al antiemperador Prisco Átalo. Honorio aprovecha la lealtad de la flota y bloquea el abastecimiento de los visigodos cuya agricultura es en estos años casi inexistente. Ataúlfo abandona las Galias y a Prisco Átalo. Con sus soldados ocupa la Tarraconense e instala su capital en Barcino (Barcelona). En la historiografía española Ataúlfo encabeza las listas de nuestros soberanos bien que en realidad fuese rey en España y no rey de España.
Su hermano, Walia, intenta pasar a África pero su escuadra es destruida por una tormenta en el Estrecho de Gibraltar. Este suceso obliga a Walia a:
1) Trasladar la capital de Barcelona a Tolosa en el sur de la actual Francia
2) Suscribir un foedus con Honorio por el que:
- El Imperio concede subsidios de trigo a los visigodos y les permite establecerse en el sur de la Galia e Hispania
- Los visigodos se convierten en soldados imperiales y devuelven a Gala Placidia a la corte de Honorio en Ravena
Como federados del Imperio los visigodos derrotan en Hispania a los alanos y a los vándalos silingos de modo que llevan a Roma prisionero al rey silingo Fredebaldo. Los restos de ambos pueblos se funden con los vándalos asdingos quienes pasan a ser también federados del Imperio primero en la Bética (con capital en Sevilla) y luego en el norte de África (con capital en Cartago). Con esto tenemos en Hispania los suevos en el noroeste peninsular, los vándalos silingos con los restos de vándalos asdingos y alanos en el resto de Lusitania y la Bética y el resto bajo el control de los visigodos aunque en 429 los visigodos (siempre como federados del Imperio) ocupan toda la Península Ibérica a excepción del Reino Suevo del N.O. Sin embargo el interés de los visigodos se concentra de manera fundamental en la Galia Narbonense y Aquitania hasta principios del siglo VI. En la Galia Narbonense y Aquitania Walia y sus sucesores se esfuerzan por hacer un reparto de tierras que asiente a sus súbditos de manera definitiva, empuje su economía y le sedentarice en aquellas regiones tan fértiles.
